Las pastas de té, también conocidas como galletas de té, son pequeñas delicias que suelen acompañar las pausas de la tarde, especialmente junto a una taza de té o café. Son conocidas por su textura suave, mantequillosa y su variedad de formas y sabores. Sin embargo, al igual que muchos alimentos dulces, el valor nutricional de las pastas de té han sido objeto de mitos en torno a su impacto en la salud.
Además, es fundamental considerar la sostenibilidad en la pastelería, para reducir el impacto ambiental de su producción y optar por ingredientes de origen responsable.
Este artículo se propone desmitificar algunas de las creencias más comunes y ofrecer una visión equilibrada de su lugar en la dieta.
Mito 1: Las pastas de té son solo calorías vacías
Uno de los mitos más comunes es que las pastas de té no aportan nada más que «calorías vacías», es decir, calorías sin valor nutritivo. Esta creencia proviene del hecho de que, al ser un alimento dulce y generalmente hecho con harina refinada, mantequilla y azúcar, se perciben como una fuente de energía sin ningún beneficio adicional para la salud.
Si bien es cierto que las pastas de té son ricas en calorías debido a su contenido en grasas y azúcares, también proporcionan algunos nutrientes importantes. La mantequilla, por ejemplo, es una fuente de vitamina A, que es esencial para la salud ocular y el sistema inmunológico. Además, algunos tipos de pastas de té contienen frutos secos, cacao, o incluso ingredientes integrales que aportan fibra, vitaminas y minerales.
No obstante, es importante reconocer que las pastas de té no son una fuente primaria de nutrientes esenciales. Son alimentos de consumo ocasional, cuyo propósito principal es el placer culinario más que el aporte nutricional significativo. Por lo tanto, deben disfrutarse en pequeñas cantidades dentro de una dieta equilibrada. Por ello, por muy ricas que estén nuestras pastas UKO, evita comer en exceso.
Mito 2: Las pastas de té engordan
Otro mito frecuente es que comer pastas de té llevará inevitablemente al aumento de peso. Esta creencia está basada en la idea de que los alimentos ricos en grasas y azúcares siempre conducen al exceso de calorías, lo que resulta en un aumento de peso.
Sin embargo, como ocurre con todos los alimentos, el impacto de las pastas de té en el peso corporal depende de la cantidad consumida y del contexto general de la dieta. Una o dos pastas de té como parte de una merienda equilibrada no necesariamente conducirán a un aumento de peso si se consumen de manera moderada y se integran en una dieta variada y balanceada.
El verdadero problema surge cuando las pastas de té se consumen en exceso y se combinan con otros hábitos alimentarios poco saludables. Las porciones pequeñas y el consumo consciente son claves para disfrutar de estas delicias sin comprometer la salud o el peso corporal.
Mito 3: Las pastas de té son malas para la salud cardiovascular
Dado que las pastas de té a menudo contienen mantequilla o margarina, ha surgido la idea de que son perjudiciales para la salud cardiovascular debido a su contenido en grasas saturadas.
Si bien es cierto que las grasas saturadas pueden contribuir al aumento de los niveles de colesterol LDL (el colesterol «malo») si se consumen en exceso, las pastas de té no necesariamente representan un riesgo significativo para la salud cardiovascular si se consumen con moderación. Las guías de salud actuales no prohíben las grasas saturadas por completo, sino que recomiendan moderar su consumo y equilibrarlo con grasas saludables, como las que se encuentran en frutos secos, aceite de oliva y pescado.
Mito 4: El valor nutricional de las pastas de té
Otro mito es que todas las pastas de té tienen el mismo valor nutricional y que, por lo tanto, no hay diferencia entre elegir unas u otras. Esto no es del todo cierto.
Existen numerosas variedades de pastas de té, y sus ingredientes pueden variar considerablemente. Algunas están hechas con harina refinada, azúcar y mantequilla, mientras que otras pueden incorporar ingredientes como harina integral, frutos secos, avena o semillas, lo que aumenta su contenido de fibra, proteínas y ácidos grasos saludables.
Por ejemplo, las pastas de té que contienen frutos secos como almendras o nueces proporcionan grasas insaturadas, que son beneficiosas para el corazón. Aquellas que incorporan avena o harinas integrales también pueden ser una buena fuente de fibra, lo que ayuda a la digestión y al control del azúcar en sangre.
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Verdad 1: Las pastas de té tienen un alto contenido calórico
Una realidad que no puede negarse es que las pastas de té son, de hecho, alimentos densos en calorías. Esto se debe a los ingredientes utilizados en su elaboración, como la mantequilla, la harina y el azúcar. Por lo tanto, es fácil consumir muchas calorías en una sola sesión si no se controla la cantidad.
Una pequeña pasta de té puede contener entre 50 y 100 calorías, dependiendo de su tamaño y los ingredientes utilizados. Aunque estas calorías pueden no parecer muchas, pueden sumarse rápidamente si se comen varias pastas de una vez. Por ello, es importante disfrutar de las pastas de té con moderación y tener en cuenta el resto de tu ingesta calórica diaria.
Verdad 2: Las pastas de té pueden disfrutarse como parte de una dieta equilibrada
A pesar de su contenido calórico y de su perfil alto en grasas y azúcares, las pastas de té pueden ser disfrutadas como parte de una dieta equilibrada y saludable. La clave es la moderación y el control de las porciones.
Una estrategia efectiva es consumir pastas de té los fines de semana o en ocasiones especiales, en lugar de convertirlas en un hábito diario. Combinar estas delicias con una taza de té o café sin azúcar y acompañarlas de frutas frescas puede ayudar a equilibrar el aporte de azúcares y a mejorar la sensación de saciedad.
Además, si disfrutas de hacer tus propias pastas de té en casa, puedes experimentar con recetas más saludables. Usar harinas integrales, reducir la cantidad de azúcar, añadir frutas secas o semillas, o reemplazar la mantequilla con aceite de oliva o de coco puede aumentar el valor nutricional de tus pastas sin sacrificar el sabor.
Conclusión
Como muchos otros alimentos dulces, el valor nutricional de las pastas de té han sido objeto de mitos y malentendidos. Aunque son alimentos densos en calorías y deben ser consumidos con moderación, no son inherentemente perjudiciales. Cuando se disfrutan conscientemente y en pequeñas cantidades, pueden formar parte de una dieta equilibrada.
La clave está en el equilibrio y en la elección de versiones más saludables cuando sea posible. Al final del día, las pastas de té son un placer culinario que puede ser disfrutado con moderación, sin que esto comprometa tu salud ni tu bienestar.